►Reportaje
MARTA MARTÍNEZ LIÉBANA
La cumbre de la Unión Africana que se celebra desde el pasado domingo en Adís Abeba (Etiopía), está estudiando una petición de Sudán en la que se solicita apoyo al presidente del país, Omar el Bashir, acusado de diversos crímenes por la Corte Penal Internacional.
La denuncia se produjo el pasado 12 de julio cuando el procurador general Louis Moreno Ocampo acusó al presidente sudanés de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra frente a la Corte Penal Internacional. El procurador solicitó la captura de Omar el Bashir tras culparlo de causar la muerte de 35.000 personas, y de otras 100.000 de forma indirecta.
Historia reciente en Darfur
Los continuos conflictos de la región sudanesa de Darfur se agravaron en 2003 debido a las tensiones interétnicas entre las poblaciones negra y árabe. A principios de ese año dos grupos rebeldes (Movimiento Justicia e Igualdad y Movimiento de Liberación de Sudán) acusaron al gobierno sudanés de oprimir a la población negra a favor de los árabes y se produjo un enfrentamiento entre el gobierno y los rebeldes, siendo ampliamente derrotado el ejército sudanés durante los primeros meses del conflicto.
El cambio de estrategia gubernamental se inclinó sobre los yanyauid, grupo de ganaderos armados que actuaron de fuerza paramilitar en Darfur, provocando el asesinato de varios miles de personas y cerca de un millón de desplazados, muchos de ellos al vecino Chad. Sudán acusó a Chad de apoyar la rebelión y ha atacado al país vecino en repetidas ocasiones. En el análisis estadístico más completo hasta ahora, proporcionado por la Coalición para la Justicia Internacional, se calcula que 400.000 personas murieron en desde el inicio del conflicto. Un equipo de observadores internacionales de la ONU informó que las aldeas no árabes de Darfur habían sido destruidas, mientras que las árabes permanecían intactas.
Vea un vídeo sobre la situación de los refugiados de Darfur en Chad:
La actitud internacional
Omar al Bashir, quien alcanzó el poder mediante un golpe militar, es consciente de que la acusación de genocidio puede unir el consenso del mundo árabe, y de hecho ya ha recibido la solidaridad de la Liga Árabe. Del mismo modo, el embajador de Sudán para Naciones Unidas, ha declarado que existen tratados con Rusia, China y otros países miembros de la Unión Africana y de la Liga Árabe para reclamar que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas inmovilice las iniciativas judiciales de la Corte Penal Internacional contra el Presidente sudanés.
El comercio de armas y la explotación de yacimientos petrolíferos son dos de los principales intereses en juego que China posee en Sudán, por lo que el país asiático ha declarado que el proceso judicial contra Omar al-Bashir podría comprometer los esfuerzos para alcanzar la paz.
Estados Unidos, cuya principal fuente de energía es el petróleo, tacha al gobierno sudanés de “promotor del terrorismo” y arremete contra el ataque a la población negra por parte de la administración. Según fuentes periodísticas y de organizaciones no gubernamentales, la Casa Blanca financió a los rebeldes del sur y, a través de estos, a los de Darfur. Por otro lado, más de la mitad de las fuerzas de la misión Europea para Chad son francesas y la operación está en manos de un francés. Está claro que es el petróleo y no la ayuda humanitaria el verdadero interés que ocultan Estados Unidos y Occidente.
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