►Reportaje
MARTA MARTÍNEZ LIÉBANA
Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas más Alemania se han reunido esta semana en la localidad alemana de Wiesbaden para tratar sobre el conflictivo programa nuclear iraní tras el lanzamiento de su primer cohete espacial. Las seis potencias mundiales (China, Francia, Gran Bretaña, Rusia, Estados Unidos y Alemania) buscan aunar criterios para lograr un punto de vista conjunto sobre la posibilidad de que el régimen de Teherán fabrique misiles de largo alcance.
En una declaración emitida al término de la reunión, los asistentes celebraron “la disposición de la administración estadounidense, declarada por el presidente Obama, de celebrar conversaciones con Irán”. Del mismo modo, indicaron que el problema por la presunta intención de Irán de fabricar sus propias armas nucleares se tiene que resolver por vía pacífica, a la vez que exigieron a Teherán que respete sus obligaciones con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Según un informe de 2.008 emitido por este organismo, la transformación de uranio, las pruebas con materiales altamente explosivos y los estudios para el desarrollo de un vehículo de reingreso de misiles, son temas aún no aclarados y motivo de «gran preocupación».
La república islámica alega que sus investigaciones nucleares son para fines energéticos solamente, pero Occidente desconfía sobre el verdadero fin. La ONU, la Unión Europea y Estados Unidos han advertido numerosas veces a Irán para abandonar su programa nuclear. El Consejo de Seguridad de la ONU además ha aplicado dos sanciones al país y considera en aplicar una tercera.
La OIEA, por su parte, hace más de cuatro años que lleva a cabo una investigación sobre Irán, pero no ha podido determinar si el país posee fines bélicos. El organismo, además, le ha reprochado a Irán que ha bloqueado sus intentos de hacer la controversia más transparente y así cubrir una «oscura historia»; por esto, la organización se ha negado a aprobar las actividades que realiza.
Temor occidental
El exitoso lanzamiento llevará a Irán a convertirse en el undécimo país del mundo que dispone de un programa tecnológico necesario para poner en órbita su propio satélite. El lanzamiento ha sido calificado por la televisión estatal como “un nuevo logro de los científicos iraníes pese a las sanciones”; refiriéndose a las normas de Naciones Unidas que recaen sobre Irán debido a su turbio programa nuclear. En general, Occidente teme que el programa que el país está defendiendo como civil, oculte un propósito nuclear aún mayor.
Los medios de comunicación iraníes han informado de que el satélite ha sido impulsado por un cohete Safir-2, el cual puede ser también utilizado con fines armamentísticos como misil de largo alcance, incluyendo la posibilidad de albergar ojivas nucleares. Esto ha causado las declaraciones del ministro de Exteriores iraní, Manuchehr Mottaki, negando rotundamente tal propósito: «La tecnología iraní de satélites es meramente para fines pacíficos y para satisfacer las necesidades del país».
Vea un vídeo sobre el lanzamiento de misiles tierra a tierra en Irán:
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